La perra Lili
Había
una vez una perra llamada Lili. Lili tenía su pelaje gris y enrulado,
con cola y orejas largas. A Lili le encantaba hacer lío, pasear por
la ciudad, especialmente entrar a la panadería y al supermercado.
Un día lluvioso Lili quiso ir a la panadería de su barrio. Entró muy
despacito escondida entre las piernas de la gente que ese día se vestía
con largos pilotos y paraguas. Chucho, el panadero no la vio y Lili
muy astuta se arrojó al mostrador en el que había: galletitas, bizcochitos,
facturas, sandwiches de miga y una gran torta de chocolate.
Cuando subió al mostrador, todas las deliciosas comidas se desparramaron,
menos la torta de chocolate que quedó como una gran galera en la cabeza
y la frutilla se pegó en su morro como la nariz de un payaso. Antes
que alguno de los clientes saliera del susto Lili comenzó a correr hacia
la calle, llevándose la torta puesta para después disfrutarla con su
novio el perro Popi en la plaza de enfrente.
Los clientes y el panadero, a pesar del desorden festejaron la ocurrencia.
Lili y Popi quedaron pipones y durmieron una siesta al sol.
Y
colorín......colorado.....este cuento se acabó.
